Calidad de energa eléctrica.

¿Qué es la calidad eléctrica?

La calidad eléctrica se puede definir como la tensión que permite obtener un funcionamiento optimo, continuo y seguro de los equipos conectados a una instalación eléctrica.
Normalmente se expresa como la tolerancia máxima y mínima  de la tensión de funcionamiento normal de los equipos que la componen. La tensión en las instalaciones puede fluctuar, bajar respecto al valor normal, o por el contrario, puede subir, tener picos y sobretensiones. En estos casos, los equipos conectados se pueden reiniciar o apagarse momentáneamente; en cuyo caso se pueden producir daños, se pueden fundir los fusibles o pueden hacer saltar los diferenciales. Hay muchos lugares en los que se pueden estar produciendo problemas en un circuito eléctrico en el mismo generador, en una caja de empalmes, en las líneas de transmisión, en unos cables con su aislamiento dañado o una conexión a tierra incorrecta. 
El arranque de una carga muy alta en una instalación  también puede afectar a los equipos cercanos, porque un consumo repentino muy alto de corriente puede provocar variaciones en la tensión de alimentación de toda la instalación.
Los síntomas incluyen reinicios de los equipos, saltos inesperados de los magnetotermicos de la instalación. Los controles lógicos programables (en inglés, PLC) y los variadores de velocidad de los motores también pueden resultar afectados, puesto que las señales de control se interrumpen. Los motores y los transformadores se suelen sobrecalentar  y pueden hacer un ruido excesivo. Los ordenadores se pueden quedar bloqueados y causar pérdidas de datos. 
Ya sean fluctuaciones transitorias, subidas de tensión, parpadeos de tensión etc , estas alteraciones eléctricas aumentan los costes, incluido el consumo de la energía, y acarrean averías prematuras en los equipos.
Puede ser una de nuestras medidas claves en el ahorro energético, el mantener una buena calidad eléctrica en nuestras instalaciones.
Mantener una instalación en perfecto estado consigue evitar averias que en el futuro nos puedan salir realmente muy caras.